para siempre abrazados.
Ahora son ya dos pobres desgraciados.
Pero dos. Para siempre. de Carmen Jodra Davó
Los pájaros se fundirán con el cielo azul de la ciudad.
Y descubrirás cuan vulnerable soy.
A tus ojos que me derrumban, cuando no te veo que me disipo, en tu saliva me derrito y en el momento que quieras, con tu palabra, me levanto otra vez.